Yang Yi is very involved in preserving the traditional cotton yarn weaving and indigo dyeing of the Dong minority. Her passion for weaving was passed on to her by her ancestors. Yang Yi is always very moved when she sees her grandmother of almost ninety years old who handles the yarn with a dexterity always exemplary.

 

Como muchas mujeres de su generación, Yang Yi fue a trabajar durante unos años a las grandes ciudades, anhelando una vida más cómoda, pero esto no la hizo feliz. Siendo el tejido un negocio familiar, decidió hacerse cargo de la empresa familiar para continuar con la comercialización de las excepcionales telas Dong en decadencia. En 2010, fundó su propia cooperativa con una veintena de tejedores.